Afortunadamente en la mayoría de los casos. Depende de muchos factores que sería difícil enumerar en su totalidad: la relación que se establece con el terapeuta, si hay comorbilidad con otros problemas, tratamientos previos, antecedentes familiares, implicación y adherencia al tratamiento. Lo que sí te diría es que con ayuda es más fácil superarlo.
Piensa que la medicación es necesaria en muchos momentos. Tu cabeza puede estar tan “cerrada” a otras ideas, que, por más que se intente muchas veces, uno está en un punto en el que no puede “ver más allá”.
Sin embargo, con una mediación no basta. Si te planteas hacer cambios en tu vida, no recaer, mejorar y tomar tu crisis como un momento de renovación, la terapia es del todo recomendable.
Incluso podemos trabajar la forma de afrontar el momento de la retirada de tu medicación, cuando te la paute tu médico o psiquiatra.