Recientemente tuve el placer de asistir a una pequeña charla en el Colegio de Psicólogos de Madrid de dos componentes de El Parto es Nuestro, Adela Recio (presidenta EPEN) y Ángela Müller (ex-vicepresidenta EPEN). Siempre es un placer compartir en un entorno de seguridad, ciertos aspectos importantes sobre ese proceso con tantos fantasmas y que nos preocupa tanto como el parto y el postparto. Pudimos debatir y escuchar ideas acerca del parto respetado y sobre lo que la evidencia científica más actualizada dice al respecto. ¿Te interesa el tema? ¿Cómo fue tu parto? ¿Lo tienes próximo? Pues no te pierdas este artículo porque la información es poder para decidir.
El embarazo en España es tratado como una patología, te conviertes en «paciente» y tu bebé en «feto». Las diferentes nomenclaturas que recibimos las mujeres son de risa, una persona en consulta me comentaba el otro día que había escuchado que denominaban a una amiga «primípara añosa» . Pues bien, entre las medidas del bebé, que si viene grande o pequeño, que si se dio o no la vuelta, que si tengo que tomar yodo, que las pruebas de screening y probabilidades de patología… ¡Puf!!! Nuestra manera de configurar el mundo comienza desde el lenguaje que utilizamos.
Las rutinas establecidas en los hospitales cuando entras para dar a luz, hace que te «desentiendas» de tu parto, te retiran tu ropa, objetos personales, te tienes que desnudar, a veces incluso te separan de tus acompañantes. Digamos que eres un número, una pulserita, pero no tú, con nombre y apellidos, ¿no te parece? El trabajo de parto requiere que estés ahí, presente, conectada contigo misma, con tu cuerpo… Por tanto, quizás deberíamos cuidar un poco más los entornos, la manera desde el comienzo, ¿no te parece?
Algo más que demostrado es la importancia de los primeros minutos de vida y cómo mantener el contacto piel con piel con la madre es fundamental para el establecimiento del vínculo de apego seguro con la madre. Pues bien, pese a esto, tendríamos que plantearnos la cantidad de prácticas que se realizan al bebé nada más nacer y que podrían esperar, como el aspirado de fosas nasales, la profilaxis oftálmica… La evidencia nos dice que con el test Apgar (aquel que mide una serie de factores para ver el estado del bebé nada más nacer y cinco minutos después), el pinzamiento del cordón y mantener el contacto piel con piel entre mamá y bebé, por lo menos durante las dos primeras horas tendríamos suficiente. Tendríamos que plantearnos si todo lo demás tiene ese carácter de urgencia justificable para separar a la mamá de su bebé recién nacido.
Las cifras nos dicen que la cantidad de partos inducidos en España es demasiado elevada. Claro está, que lo prioritario evidentemente, es la salud del bebé o de la madre. Por ello, hay unas causas justificables. Pero, ¿la tasa de parto inducido actual realmente es necesaria? Para las que no lo sepáis, inducir el parto supone unas prácticas asociadas, como la rotura de la bolsa, oxitocina sintética (que provoca unas contracciones muy fuertes, lo que hace que la epidural tenga que ir unida…). Por tanto, la probabilidad de acabar con forceps o ventosas se multiplica, con lo que conlleva para la mamá en su suelo pélvico. ¿Y las cesáreas? Una cirugía mayor nada desdeñable. La cuestión es que en la mayoría de países del norte de Europa las cifras de partos inducidos o cesáreas es mucho menor. ¿Acaso las nórdicas dilatan mejor? Pues mira que lo dudo. Creo que la prevención es estupenda y que tenemos magníficos profesionales respetuosos, actualizados y que tendríamos que replantearnos algunas prácticas o formas de actuar que vienen de lejos.
¿Cómo va a facilitar la lactancia materna si tienes episiotomía con dolores? O peor aún, con desgarros. Pues muchas veces te pasas el postparto intentando recuperarte de todas estas prácticas que, muy preventivas fueron, pero que te han dejado dolorida por todos los lados y preocupada por las secuelas que puede acarrearte para el futuro. Así que, de verdad, en la medida de lo posible, intenta informarte y preguntar lo que necesites para decidir todo lo que sea posible. Es tu bebé y tu cuerpo.
El parto es una experiencia única que nos hace conectarnos con la parte más primitiva, con miedos al dolor, ilusiones, alegrías… El momento de ver a tu bebé es algo que no olvidarás nunca, se quedará inscrito en tu memoria por siempre. Cuidemos la manera de nacer. Cuanto más relajada, confiada y tranquila llegues a este momento, ya verás como «sabrás» hacerlo. ¿Tienes una experiencia de parto positiva? A mi me encantaría escucharla y estoy segura que a muchas otras mujeres también 🙂
INFORMACIÓN DE INTERÉS
Recomendaciones de la OMS sobre el nacimiento
Estrategia de atención al parto normal en el Sistema Nacional de Salud
Guía de práctica clínica sobre la atención al parto normal
Cuidados desde el nacimiento. Recomendaciones basadas en pruebas y buenas prácticas
Raquel Huéscar